Presente y futuro de la infancia en Cuba
Por Aniel Santiesteban García
Fotos de Roberto Garaicoa
Emisión: 01/06/2018
El Día Internacional de la Infancia cada año, deja espacio para reflexionar más sobre cuánto tiempo le dedicamos a los más pequeños, cuánto se influye desde estas edades en su futuro.
Bajo el principio de que la verdad y la ternura nunca son inútiles, se desarrolló la emisión Valores sobre la Mesa, en el espacio radio televisivo Mesa Redonda, valores que no tienen precio y por eso, precisamente, resultan aún más valiosos.
Alina Perera Robbio, Periodista de Juventud Rebelde, en calidad de madre, dijo con respecto a la concepción de sus hijos y la preocupación de cada padre por influir en los valores morales, que “uno no piensa en traer al mundo personas que no sean útiles”.
“Siempre se piensa en esa criatura que viene al mundo para ser moldeada, siempre lo imaginé y es una experiencia que vivo; en la infancia se forjan los valores. Hay un momento en la vida en que la persona recibe una información que conservará para la vida. Los seres humanos buenos piensan en legar a los que vienen esos valores”, dijo.
También en el debate, Aglaya Díaz Vázquez, Periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, añadió que los valores no se heredan, se forman con el trabajo de la familia, la sociedad toda.
“Los valores se pierden, dicen algunos; no, la verdad es que los valores se transforman, se forman”, apuntó Aglaya.
En la sociedad cubana de hoy, refirió, es necesario pensar y asumir la responsabilidad que tenemos en las futuras generaciones, que ellos merezcan este país que tanto le preocupa su formación.
“El hecho más sagrado de la vida es la creación de un nuevo ser humano”, apuntó José Alejandro Rodríguez, Pepe, también periodista de Juventud Rebelde.
“Concebir una nueva vida con amor es imprescindible, cuando se hace con deseo, pasión, y aunque sea algo accidental, luego se recibirán los frutos de esa educación”.
“Nada sustituye el crear un ser humano desde el momento en que nace; un niño que nace es una especie de hoja en blanco. Depende, en primer lugar de nosotros, hemos ganado en sabiduría en que el Estado no va a educar tu hijo”, añadió José Alejandro.
Pepe recordó cómo aprendió de cada detalle de sus padres, observando su comportamiento, cómo hablaba; la fuerza del cariño no puede confundirse con la permisibilidad.
También en Valores sobre la Mesa, María Machicado, representante de la UNICEF en Cuba apuntó: “Una mayor interacción de las familias en la formación de los infantes sería la principal recomendación, debemos estar conscientes de que el mundo hoy no tiene recetas, tenemos que aprender con ellos”.
En cuanto a los adolescentes, Aglaya Díaz dijo que precisamente carecen de experiencias, y es insuficiente la comunicación.
“Es importante conversar, es un proceso muy complejo, debe tratarse en todas las familias, identificar cada necesidad”, finalizó.
“Si vamos a hablar del asunto, debemos analizar también las debilidades que hoy presenta nuestra sociedad en torno al tema de la infancia”, dijo Pepe Alejandro.
Conductas, patrones que se introducen en las escuelas no siempre benefician el desarrollo exitoso de la vida infantil.
Al respecto, Alina Perera Robbio dijo que no hay libros para formar seres humanos, sino brújulas para dirigir el trabajo hacia donde sea más beneficioso.
Pepe Alejandro añadió: “No podemos subestimar lo que está pasando en nuestra sociedad, no olvidemos que Cuba ha tenido un proceso de crisis donde se han violado patrones de conducta”.
¿Cómo nos preparamos desde la sociedad? Me preocupa la especie de pandemia, de groserías, de irrespeto, todos los males de los que siempre hablamos; si un niño crece en este ambiente nunca acabaremos por erradicarlos, expresó el periodista.
Los retos son numerosos, aún así, la niñez en Cuba se cuida a cada instante. Aglaya Díaz compartió sus experiencias vividas junto a sus hijos fuera de Cuba, donde la integridad no es privilegiada. “Escuelas privadas y escuelas públicas, grandes diferencias entre clases sociales”.
De algún modo vivimos en nuestra sociedad ciertos patrones que dejan a un lado los valores morales, los sentimientos más puros de los seres humanos.
¿Privarlos del choque o prepararlos para el choque?
“Nuestra sociedad ya no es tan igualitaria, ciertas familias se aíslan de alguna forma del conjunto social, y se erigen como barreras que separan a sus hijos de lo que debe conocer”, refiere Pepe.
“Hay que prepararlos para un futuro que cada vez estará más cercano, donde tendrán que elegir, decidir, no puede nunca privárseles”.
Al cierre, Aglaya privilegió el papel de la escuela en la formación del hombre nuevo, el cual sobresale entre los primeros espacios de interacción social del niño, donde también recibe la influencia de patrones, enseñanzas, factores decisivos para moldear una conducta virgen, un país y su gente digna, cada vez mejor.
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